Conoce Gat i Tots
La persona detrás del proyecto Gat i Tots

Hola, soy Laura Patricia.
Para quienes no me conozcan, me gustaría compartir un poco de mi historia personal, ya que mi motivación más profunda proviene de mi infancia.
He rescatado y cuidado animales desde que tengo uso de razón. Es un valor que me inculcaron mis padres, siempre compasivos y profundamente respetuosos con los animales y la naturaleza.
Desde muy pequeña, he sentido una conexión especial con los animales, una sensibilidad innata que me ha permitido comunicarme con ellos, intuir lo que necesitan, cómo se sienten…
Una sensibilidad que me ha guiado siempre
Lo que desde fuera podría parecer intuición o sensibilidad, en realidad se relaciona con lo que algunas disciplinas llaman empatía interespecie: una forma profunda de conexión emocional y perceptiva con otros seres vivos.
Es una capacidad sensorial compleja que integra la observación, la atención plena, la comunicación no verbal y la resonancia emocional.
Algunas personas la desarrollan de forma natural desde la infancia —como en mi caso— y les permite leer el lenguaje corporal, los estados anímicos y las necesidades de los animales incluso antes de que se expresen de forma visible.
Aunque no tenga una explicación exacta o mensurable, esta sensibilidad ha guiado mi vida y mi vocación.
De ahí nace Gat i Tots
De ese deseo profundo de ayudar a otras personas a desarrollar y fortalecer esa misma conexión con sus compañeros no humanos.
A mirar con otros ojos a los gatos.
A comprender que cada acto de cuidado transforma, no solo la vida del animal, sino también la nuestra.
Quiero facilitar:
- herramientas
- comprensión
- acompañamiento
- y una red de apoyo cálida y cercana
para quienes alimentan colonias felinas, conviven con gatos o desean iniciarse en este camino desde una base ética, responsable y amorosa.
Un recorrido que integra muchos caminos
Durante más de 10 años me he dedicado al sector audiovisual, donde desarrollé mi creatividad, mi mirada estética y mis capacidades comunicativas.
Por otras circunstancias —y también por vocación— he trabajado también en el ámbito de la salud ambiental, un campo que marcó un cambio profundo en mi forma de ver el mundo.
Desde esa perspectiva comprobé que los problemas que afectan a nuestra convivencia en los ecosistemas —ya sean rurales o urbanos— no pueden abordarse sólo desde el síntoma, sino desde la raíz del desequilibrio.
Y debo aclarar que: Los gatos en situación de calle, NO son plaga. Son animales domésticos que, por la irresponsabilidad humana —abandono y falta de control—, han acabado viviendo en la calle. Y por supuesto, merecen un trato ético, respeto y cuidados responsables.
En salud ambiental se utiliza el término plaga para referirse a organismos vivos que puedan resultar perjudiciales para las personas o sus bienes. Sin embargo, es importante recordar que los seres vivos cumplen una función en el ecosistema. Si llegan a convertirse en un problema, suele ser por desequilibrios generados por la acción humana.
- la falta de convivencia
- la degradación del entorno
- el abandono
- la falta de educación ambiental
- la descoordinación social
Esta mirada integradora nos confirma que el cuidado real del entorno no se logra con la eliminación ni el rechazo, sino con prevención, empatía e intervención consciente y sostenible.
Formación y enfoque pedagógico
Estoy acreditada en docencia para la formación profesional para el empleo, y mi enfoque pedagógico apuesta por:
- metodologías participativas
- el uso de herramientas digitales innovadoras
- y una clara orientación hacia la sostenibilidad y el bienestar colectivo
Mi perfil combina conocimientos técnicos, experiencia práctica y vocación educativa: tres pilares fundamentales que sustentan el modelo formativo y divulgativo de Gat i Tots.
El compromiso que cambió mi vida
Mi implicación con las colonias felinas no fue algo que buscara, fue algo que me encontró.
Empezó cuando descubrí una colonia descontrolada cerca de casa y entendí que, si no hacía nada, nadie lo haría. Desde entonces, el cuidado de los gatos comunitarios se convirtió en parte de mi día a día y he conocido a personas maravillosas en el camino.
Gracias al método CER (Captura-Esterilización-Retorno), y a base de esfuerzo físico, emocional y económico, he contribuido a mejorar las condiciones de vida de muchas colonias, y es algo de lo que me siento realmente orgullosa. Y no, no ha sido sencillo aguantar la falta de apoyo, la crítica fácil y el desconocimiento general. Aun así, sigo.
Lo que más me ha marcado es todo lo que implica esta labor: adquirir formación sobre legislación y tareas administrativas, pautas básicas sanitarias, de primeros auxilios, de nutrición felina, de etología... sin olvidar esa intuición fina que desarrollamos para detectar síntomas o comportamientos anómalos o preocupantes. Al final, nos convertimos en gestoras multidisciplinares, sin un título oficial pero con una eficacia incuestionable.
Con el tiempo entendí que esto no era solo voluntariado: estábamos haciendo un trabajo técnico sin reconocimiento. Nos formamos en normativa, en salud y bienestar animal, en comportamiento, en cuidados específicos. Atendemos urgencias, manejamos conflictos vecinales, asesoramos, alimentamos con responsabilidad y sostenemos una red silenciosa de cuidados que nadie ve.
Y sin embargo, nos llaman “las locas de los gatos“, nos insultan, acosan, retiran los puntos de alimentación nos tratan como un estorbo.
Lo curioso es que esas etiquetas ya no nos duelen. Porque sabemos lo que hacemos y por qué lo hacemos. Porque cada vez que logramos estabilizar una colonia, salvar una vida, o simplemente ofrecer una vejez digna a una gata comunitaria, sabemos que merece la pena.
Esta experiencia, construida sobre la práctica diaria, la formación constante y el compromiso real, es la base sobre la que se asienta Gat i Tots. Un proyecto que surge con una visión clara: profesionalizar los cuidados felinos, ofrecer soluciones fundamentadas y dar visibilidad al trabajo técnico que muchas personas llevamos años desarrollando desde la sombra.
Una familia multiespecie
Además de mi compromiso con los gatos comunitarios, comparto mi día a día con una familia multiespecie que me enseña, constantemente, a observar, adaptar y respetar los ritmos y necesidades de cada ser. Entre ellos está Choco, un gato con diabetes cuya rutina de cuidados me recuerda la importancia de una atención personalizada, sensible y sostenida en el tiempo.
Vivir con animales tan diversos me ha permitido ampliar mi comprensión del bienestar animal desde dentro.
Entendemos la diversidad como una oportunidad para mejorar la calidad de vida de cada animal, con sensibilidad y conocimiento.
El corazón de Gat i Tots
Con Gat i Tots quiero ofrecer un espacio:
- ético
- cálido
- útil
donde cualquier persona que quiera ayudar, formarse, gestionar una colonia o mejorar la vida de su compañero felino, encuentre apoyo, orientación y acompañamiento sin juicios.
Porque cuando cuidamos con el corazón, también nos transformamos por dentro.
¿Por qué Gat i Tots?
Gat i Tots nace de una experiencia directa, larga y profundamente transformadora en la gestión de colonias felinas.
La palabra "Gat" representa ese origen: el vínculo estrecho con los gatos, la comprensión de sus necesidades reales y el compromiso con su bienestar.
Pero "Tots" va mucho más allá. Abarca a todas las demás especies, incluida la humana, y refleja una visión de convivencia amplia e inclusiva.
Este proyecto se fundamenta en una perspectiva antrozoológica, que estudia las relaciones entre humanos y otros animales desde un enfoque multidisciplinar. Desde esta mirada, Gat i Tots no solo trabaja por el bienestar felino, sino que promueve un cambio en la forma en que las personas se relacionan con los animales, fomentando la empatía, la comprensión y la responsabilidad compartida.
Mi intención es facilitar el entendimiento y la cooperación entre especies, a través de la educación, el acompañamiento personalizado y la acción respetuosa en el territorio.
Porque cuando entendemos cómo se relacionan nuestro entorno, nuestras decisiones y los seres vivos con los que compartimos espacio, nace una convivencia más sana, más justa… y verdaderamente transformadora para todos.